miércoles, 25 de agosto de 2010

Escribiendo "por lo bajini"

Escribir en este espacio accesible a todo el mundo, pero escondido es equivalente a hacer públicas mis ideas "por lo bajini". Es como gritar entre la muchedumbre sin ser identificado. Como figurar de público anómino en esas fotos históricas en blanco y negro. Es un estar y no estar. Es un paso intermedio entre un cuaderno privado, en el que mis palabras hacen eco en una habitación vacía, y el facebook, que es como un corrillo de cotilleos a lo "Sálvame".

Quizás sería demasiada presión si hubiese personas de mi red social (en sentido amplio, esta vez no me refiero al facebook) interesadas en leer lo que escribo. Me vería obligada a pensar cosas ocurrentes, como le pasó a un twitteador anónimo cuando no-me-acuerdo-quién-"importante" se hizo fan suyo (lo siento por la falta de precisión en el dato).

Pero no puedo dejar de sentir la necesidad de expresar mis pensamientos y a la vez huir de responsabilizarme de ellos. Por ello dejo a la casualidad como fuerza conductora en la interacción entre un posible lector y lo que escribo, sin yo tener que mediar en ello. Encuentro demasiado pretencioso lanzar un "ey, léeme". O quizás no es demasiado pretencioso y en verdad sí necesitaría algo de aprobación y que alguien compartiera mis ideas, me contradijera o me diera la razón...

Para poner fin a mis divagaciones, creo que la clave de llegar a un compromiso entre expresión y ocultación estaría en diferenciar por grado de privacidad y de interés público qué pensamientos quedarán plasmados en mi cuaderno, cuáles pasarán por el ordenador y cuáles permanecerán en un estado de gestación permanente. Y, quién sabe, quizás algún día lime la gran barrera de la autocensura y me hinche a soltar "rizaduras" "por lo altini".

jueves, 29 de julio de 2010

Me estoy volviendo tonta

Harta de la sociedad de la hipercultura y la pedantería, renegando del gafapastarismo y del wikipedismo, independentismo, hipismo, jazziblusismo... y demás tópicos de la corriente bohemia moderna acabados en "ismo", decidí intentar pasar de todo ello, de todo lo superficial y tratar de buscar la belleza en lo realmente importante, en lo no creado por el ser humano.

Reconozco que es difícil intentar escapar de la cultura cuando uno vive cerca de una ciudad como Barcelona y cuando, quieras que no, siempre se han tenido inclinaciones hacia lo artístico. Sin embargo, creo que fue precisamente el hecho de estar más cerca de la cultura de la cultura (no es una errata, quise decir la cultura de la cultura) y de la modernez, lo que hizo que renegara de ella.
Dejé de leer para sólo escribir. Y me pareció más productivo. Dejé de escribir para sólo pensar. Y me pareció más profundo. Dejé de pensar para sólo observar y dejé de observar para sólo dormir de vuelta a casa en el Nit Bus. Ya no puedo caer más bajo. Respirar es imprescindible para vivir y soñar es inevitable cuando uno duerme. Reducir más mi actividad cerebral me sumiría en un coma.
Y al recordar lo que yo hacía antes y lo que, aunque mediocre, escribía antes, me hace pensar que me estoy volviendo tonta. Que mis cables neuronales se están endureciendo y que la masa de ahí arriba se está volviendo perezosa.
No sé cómo acabará todo esto si, a pesar de todo, sigo adelante con la decisión de mudarme al barcelonés y cosmopolita-cool-cultural barrio de Gràcia en septiembre. ¿Me uniré al enemigo o conspiraré desde dentro? Y lo que más me preocupa, ¿cómo afectará todo ello a mi encefalograma?

viernes, 11 de septiembre de 2009

Nada que decir

Pues no es que no tenga nada que decir, es que no hay nada que quiera decir al mundo.

Aunque, ahora que lo pienso, si tuviera que decirle algo al mundo, ¿qué le diría? Muuuundo... eres... redondo... Pero Mundo concebido como planeta Tierra, claro. Estás empapado, ¿te has meado? Espera que te seco (y extendería sin querer unas cuantas hectáreas el desierto de Atakama). La cantidad de sandeces que se dicen y encima sin puntos aparte y todo. Por Dios, cállate ya, este juego de no poder borrar es una mierda. Si dijiste que no tenías nada que quisieras decir, ¿por qué no te callas? Uy, esto me recuerda a cierto rey y a cierto presidiente. ¿Por qué intercalas una "i"? Se me antojó. ¿Una canción de Pimpinela? Y yo qué se, eso parece, pero nada más lejos. Conexiones laxas en mi cerebro. No, no quería escribir tonterías. Sí, demasiado tarde. Mente en blanco, mente en blanco... cielo azul y un pájaro que pasa, peronolosigoconlamirada. Suspiro de un gato que sueña a mi lado. Pensamientos que fluyen... ¡pero no! ¡No los atrapes! No merecen un lugar, ni siquiera un "lieu". No me lies, no me lies... Y si tienes el valor de haber leído hasta aquí, ¡ole, ole y ole!

jueves, 6 de agosto de 2009

En el fondo es divertido...

...pero frustra mis ganas de fiarme de mis intuiciones.

¡La vida SIEMPRE te sorprende!

miércoles, 5 de agosto de 2009

Escrito de una niña de 11 años allá por los 90




<< Me casaré con alguien al que yo quiera y él me quiera a mi. No me casaré hasta que no tenga 25 años más o menos, porque tal vez si me casara de joven arruinaría mi vida. Tendré dos hijos, los que me tratarán como si fuera una especie de amiga, que me cuenten todos los problemas que tengan. Tendrán una buena educación.

Viviré en un pueblo no muy pequeño y seré de clase media, ni rica ni pobre.
Estudiaré la carrera de biología y la terminaré.

Que mi marido y mis hijos estén sanos sería mi mayor deseo. También toda mi familia. Ni mi marido ni yo fumaremos porque el humo es perjudicial y además también sería malo para mis hijos. Además a lo peor ellos se acostumbrarán. Tampoco beberé (alcohol) más de la cuenta, tampoco mi marido.


Me gustaría trabajar yo también, pero tendré rato para estar con mi familia.
Que haya comunicación en mi familia y la sinceridad ante todo.
>>

* * *

Empezaré analizando este texto como me enseñó una profesora de lengua del instituto, respondiendo a la pregunta: "¿qué me comunica el autor con estas líneas?" Este escrito se centra en la idea de familia, aunque también toca otros aspectos de la vida, como trabajo, dinero y salud, haciendo bastante hincapié en este último. Con respecto a ello, la autora deja entrever que tiene unos principios definidos (tendrán una buena educación, estudiaré, no fumaré, que haya comunicación...). Asimismo, muestra estar condicionada por los modelos maternos y paternos que ha vivido (el concepto de familia, seré de clase media, me gustaría trabajar yo también...).


Destaco la visión de que a los 25 años ya se es suficientemente mayor como para casarse. Antes de los 25 la autora considera que todavía se es joven. Supongo que cuando uno tiene 11 años, esta edad queda muyyy lejana aún.


Me llama la atención que su deseo sea ser ni rica ni pobre cuando se nos suele educar en una sociedad que valora el dinero por encima de otros aspectos. Me complace que tenga este ideal.


Estudiaré la carrera de biología y la terminaré... en este punto, por cuestión personal, me he quedado totalmente paralizada y una risa interna me ha invadido.


En algunos puntos, la autora denota tener una visión algo limitada de la vida, aunque creo que está justificado por su corta edad y por sus modelos de aprendizaje. Además, el tema del escrito en sí mismo está acotado a la vida familiar. El estilo es de baja calidad, más bien.


Paulo Cohelo dice en El Alquimista, algo así como que cuando uno es joven todo está claro y todo es posible. No se tiene miedo a soñar. Pero a medida que el tiempo pasa, una fuerza misteriosa empieza a convencernos de que será imposible que se realice nuestra Historia Personal. Me hubiera gustado que esa niña de 11 años no hubiera parado de escribir ahí...


lunes, 20 de julio de 2009

Cutreces made in Spain

Qué bien. Ya están terminadas las obras del bar. Sólo quedan los últimos detalles. Ya únicamente me falta poner el cerrojo en la puerta del aseo de chicas. Muy bien... aquí van unas vueltas con el destornillador... jeje, vaya nombre, yo le hubiera puesto "atornillador", porque sirve para atornillar antes que para desatornillar... Vuelta, vuelta, vuelta... ¡Perfecto!




Abierto y...


¡Chas!



(Fotos de cosecha propia tomadas en un bar de Huertas)

viernes, 17 de julio de 2009

Gente. Niños "espabilaos"

Como una viejecita cascarrabias, diré (con voz quebrada): los niños de ahora no son como los de antes... En mi niñez esas cosas no se cantaban.

Una mañana ociosa en la que bicicleteaba por un agradable parque de mi localidad, me crucé con un un grupo de estudiantes de colegio de en torno a siete años de edad que caminaban en procesión detrás de su profesor. Una excursión didáctico-lúdica. Cantaban todos, repitiendo lo que el maestro voceaba: "¡un, dos, tres cuatro!"

Hasta ahí todo normal. La sorpresa llegó cuando el profesor dejó de cantar y los niños comenzaron a interpretar su propia canción:

"¡Alcohooool, alcohooool, alcohol-alcohol-alcohoooool!
¡Hemos venido a emborracharnos...!"
Angelicos. Anonadada me hallo.

martes, 14 de julio de 2009

¿Cómo alargar la hora del café?


He creado un método patentado para alargar la hora del café sin alterar la continuidad espacio-tiempo.


Para empezar, se precisa definir cuánto tiempo implica "la hora del café". Se podría pensar erróneamente, como el nombre indica, que es un hora. Esto es incorrecto. No es aceptado por nadie que la hora del café dure de tres a cuatro o de cinco a seis. Eso sería una locura. La hora del café dura desde que preparamos el café (o nos es servido), hasta que damos el último sorbo o, en su defecto, hasta que lo dan todos los asistentes a la ceremonia. Terminada la cafeínica bebida, se suele desvanecer la razón de tal acto y comienza a surgir la necesidad de quehacererear (la labor de atender los quehaceres).


Ahora bien, ¿cómo prolongar dicho periodo de relax, de charla coleguera, de conversación con un libro o revista o de embobamiento televisivo? Existen algunos virtuosos del arte de alargar este ritual que defienden que la manera más efectiva, sin alterar la tradición cafetera, es tomar la bebida a pequeños sorbos. Otros sostienen que lo mejor es ir mojando galletas en el líquido hasta que éste se extinga. Yo propongo una técnica más novedosa, de inspiración danesa, aplicable preferiblemente en casa y no indicada para los más puristas.


En Dinamarca aprendí que se puede beber un vaso de café hasta arriba sin leche ni azúcar. Eso sí, la concentración de café por litro de agua es mucho menor que a la que estamos acostumbrados más al sur. Desde mi época danesa, el café con leche tradicional me sabe demasiado dulce y demasiado pesado como para tomarlo después de la comida. Sin embargo, con la cafetera convencional, atendiendo los gustos de los demás cohabitantes de la casa, no se consigue el resultado que yo deseo. Así pues, mi método consite en añadir agua al concentrado de café hasta alcanzar la translucidez requerida. Además, en verano es ideal para tomarse un vaso fresquito sin necesidad de añadir hielo.


¿Y cómo se relaciona esto con el alargamiento de la hora del café? Es sencillo. A medida que va menguando la cantidad de líquido, se va añadiendo agua. Se notará que va aumentando la transparencia del brebaje, hasta que se asemeje en apariencia a un té más que a un café. El proceso puede repetirse indefinidamente.


Precaución: por prolongamiento excesivo del proceso, no fusionar la hora del café con la hora del agua.


(Nota de la autora: ¿por qué hacer las cosas como nos son impuestas sin darnos cuenta y no como nos apetece?)

lunes, 13 de julio de 2009

Parte de la aventura

Por si las últimas entradas ofrecen una imagen oscura y nebulosa de lo que hay en mi cerebro... he de decir que no es tan grave como parece.

En verdad creo que es muy emocionante elegir un camino. Es parte de la aventura. Tengo ilusión por avanzar en la senda...

Deseos y miedos. Buscando un camino

Vuelvo a poner en práctica aquello de no leer lo que escribo, de dejar fluir los pensamientos.

Floto en un mar de indecisión. A ratos me dejo llevar por la corriente y otras veces nado con todas mis fuerzas. Es difícil decidir un rumbo cuando sólo hay agua alrededor. Igualmente, todos los caminos llevarán a tierra en algún momento, a no ser que nadase en círculos... pero yo no quiero llegar a cualquier paraje. Sería una decepción si volviera al punto de partida. Ya que me he lanzado al mar...

Si vives en el desierto y te gustaría estar en la selva, tienes dos opciones: transformar el desierto en selva o ir directamente a la selva. ¿Qué capacidad de modificar nuestro entorno tenemos? El desierto nunca podrá ser una selva. Si acaso podrás plantar alguna especie xerófila o alguna otra invirtiendo mucha agua. Si te conformas con el paso intermedio, no estará tan mal. Después de todo, hay cosas del desierto a las que estás acostumbrado que echarías de menos.

Aaaaaaaaaaaaaaah!!!! Me da miedo aceptar lo que yo misma estaba buscando. ¿Cuánto afecta el miedo en todo esto? Aaaaaaaaaaaaaaah! Sería muy fácil lanzarse y vencer el miedo, pero ¿cómo identificar lo que es miedo y lo que es un no-quiero real?

Me propuse no escribir ninguna entrada pranoica acerca de esto, pero... la paranoia sale tarde o temprano a la luz...

Y... ¿a quién le interesa esto? A nadie. Y... ¿quién lee esto? Nadie. Entonces perfecto. Simplemente se sumará al resto de pensamientos anónimos que circulan por internet, que también flotan en un mar.